A lo largo de la historia, se han descrito miles de informes de casos OVNI. Algunos juran que han visto platillos voladores y que han entrado en contacto con extraterrestres, pero otros piensan que no es más que un invento.
Uno de los casos más interesantes es el de Stephen Michalak, que no tuvo tanta suerte al encontrarse con un OVNI. Además de no haber tenido una buena experiencia, termino yendo al hospital.
¿Esta sería una señal que algunos extraterrestres no son amables y estarían dispuestos a atacarnos?
Todo empezó en 1967
El 20 de mayo de 1967, Stephen Michalak se despertó antes de que salga el sol para ir a la región del Lago Falcon en búsqueda de plata. Él era geólogo y algunas personas se había encontrado algún tipo de mineral que indicó que esta región podría tener una gran cantidad de riqueza.
Stephen en si, encontró algo que parecía plata, después de unas horas de búsqueda, abandonó el lugar para ir a comer. Cuando regresó, continuó su labor hasta que se encontró con algo extraordinario.
Por encima de él había dos OVNIS brillantes, flotando en el aire. Uno de ellos se quedó, pero el otro aterrizo y se acerco a él.
El primero terminó alejándose, pero el segundo abrió una puerta y lanzando rayos de luz, parecía que estaban buscando algo perdido.
Stephen no podía contener su curiosidad y se acercó al objeto, que tenía un olor extraño. La puerta se abrió y Stephen pudo ver el interior de la nave, pero no vio a nadie.
El interior de la nave
Sin embargo, algunos sonidos extraños se emitieron desde la nave, pero no pudo reconocer el lenguaje. Inclusive intento comunicarse en diferentes idiomas, ya que pensó que podría pertenecer al ejército de algún país, pero fue en vano, ya que nadie respondió.
Además, pudo ver un panel en el interior donde había muchos botones y palancas de diferentes colores, pero más al fondo de la nave, a la que no ingreso, podía ver una entrada.
No sólo eran las luces del panel, sino también una muy fuerte luz en el interior de la nave, ni siquiera capaz de enceguecer a alguien. Stephen tenía que esforzarse para poder ver el interior.
Después de unos momentos, la puerta se cerro y no podía ver nada más. Se acercó a la nave y trató de tocarla, pero había algún material desconocido que hizo que el guante se le derritiera.
Stephen se estaba preocupado, pero se mantuvo en su lugar hasta que la puerta se abrió de nuevo. Cuando abrió, nadie salió, pero una caja fue expulsada de la nave.
Esta tenía pequeños agujeros por donde una sustancia gaseosa comenzó a escapar. Lo más curioso es que era inflamable, y cuando llegó a la ropa de Stephen se incendió inmediatamente.
Sobresaltado, Stephen se quitó la ropa rápidamente y salio de la nave, y nunca más fue vista, ni siquiera por él. Tuvo que ser ingresado en el hospital el mismo día debido a las quemaduras que fueron graves.
Las autoridades no le creyeron, después de todo, la historia era en si misma extraña. Pero ese mismo día se sintió muy mala de salud, con vómitos convulsiones y migrañas e incluso tuvo que ir a un hospital.
Más tarde, la policía registró el sitio y encontraron sus ropas quemadas, así como piezas de un mineral que aún se desconoce, lo que probablemente se cayó con la caja dejada por la nave, aunque la misma no fue encontrada. La zona tiene marcas de radiación y nadie puede explicar lo que había sucedido allí.
Y no sólo eso. Los gases eran tan fuertes, que le dejaron una enorme cicatriz que duró más de 20 años y nunca ha sanado completamente.
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